Páginas

viernes, 4 de noviembre de 2011

Twitter para principiantes



Se creó en 2006 y tiene 60 millones de usuarios en el mundo y 2,5 millones en España. ¿La clave? Una red social de mensajería instantánea, que permite enviar mensajes cortos (140 caracteres como máximo) entre abonados. Estos mensajes se llaman “tweets”, una palabra inglesa onomatopéyica que significa gorjeo. Su símbolo es un pájaro. El objetivo de los tres informáticos californianos que lo crearon era montar una comunidad en la que la gente pudiera contar su vida en tiempo real, de ahí su primer eslogan “¿Qué estás haciendo?”, que se convirtió en “¿Qué está pasando?”, poco después. Cada respuesta a esta pregunta que encabeza la página del usuario es un tweet, una actualización de lo que está ocurriendo. La divisa: corto, sencillo e impactante.

Te lo cuentan mientras pasa. Fue un twittero francés, militante del partido de Sarkozy, el primero en desvelar la detención del exdirector del FMI, Dominic Strauss-Khan. Y fue también en Twitter donde se pudo leer el primer comentario sobre la operación que acabó con la vida de Bin Laden: lo escribió un informático pakistaní que lo veía desde su ventana mientras sucedía. La clave está en contar, pero también en seguir lo que cuentan otros.

Libertad de expresión, pero también rumores. Twitter jugó un papel clave en la llamada “Primavera árabe”, en la revolución de Irán en 2009 o en las elecciones presidenciales que ganó Obama. Pero también es un instrumento para extender rumores de forma incontrolada.


Es muy eficaz para transmitir información, gracias al “retweet”, una función que permite duplicar un mensaje con un solo clic. Es rápido y de repercusión masiva: ideal para organizar manifestaciones o reuniones improvisadas. O para medir la influencia de una idea o un personaje.
¿Y a mí para qué me sirve? No eres periodista, no eres un disidente chino... ¿Entonces? Se trata de estar en el centro del debate, aquello de lo que todo el mundo habla. La diferencia con Facebook es que aquí no hay “amigos”, sino “seguidores” (“followers” en el idioma Twitter): puedes seguir o ser seguido. Serena Williams o Britney Spears twittean cosas como “¡Me encanta bailar!” o “Adoro las hambuguesas con queso”. Tú puedes contar lo que haces, lo que piensas, lo que te indigna... Y, sobre todo, disentir o estar de acuerdo, reenviando mensajes de otros o respondiéndolos. Para eso sirve Twitter: para crear opinión. Su verdadera utilidad está en observar y absorber la información que se mueve.

¿De qué puedo hablar? La clave en Twitter es reenviar información, pero también puedes darla tú. ¿Sobre qué? Pues, menos del tiempo, de todo lo que se te ocurra. Escoge polémicas de última hora. Y recuerda: ¡sé contundente, pero breve!

¿Cómo me apunto? Entra en twitter.com y regístrate: das un nombre, una cuenta de correo, como sucede en cualquier red social, y una contraseña. Recibirás un e-mail de confirmación. El segundo paso: crear tu perfi l y escoger una imagen para ilustrarlo. Por defecto, te pondrán la imagen de una cabeza de huevo, pero puedes cambiarla por la que más te guste o por tu propia foto si usas tu nombre. Adjunta los enlaces de tu blog, tu perfi l en Facebook o tu web, si los tienes.

¿Y ahora qué? Para que tu cuenta se anime, tienes que tejer una red. Entra en los perfiles más visitados, deja tu opinión o reenvía los mensajes. Twitter empezará a hacerte recomendaciones de otros que siguen lo mismo que tú o comparten lo que te interesa. Busca las marcas que te gustan, gente que conoces, celebridades. Si eres nuevo, otros pueden encontarte con más facilidad si tus mensajes son rettweets y respuestas a otros tweets. Menciona a otros usuarios utilizando su nombre en twitter precedido de @. De esta forma se convierte en un enlace a su perfil.

Dos maneras de entrar. Teclea el signo # (denominado “hashtag”), seguido del nombre de la cuenta a la que quieras acceder. Aparecerán los últimos temas, los más comentados, los más seguidos. Por ejemplo: #lasfansdejustinbieberaburren o #jugadoresodiosos. Si prefieres puedes entrar directamente en la cuenta que te interesa tecleando @ seguido del nombre.

¿Uso mi nombre real o un seudónimo? Depende de lo expuesta que quieras estar, de las cosas que quieras contar y de los perjuicios que pueda causarte en tu entorno laboral o social. Pero recuerda que el anonimato no permite cualquier cosa: podrían echarte si no cumples las reglas. Con o sin falsa identidad, las difamaciones pueden salir caras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario